
El municipio de Arbo, en plena Denominación de Origen Rías Baixas, se ha convertido en uno de los grandes referentes del enoturismo en Galicia gracias a la calidad de sus vinos y al legado cultural que rodea a su tradición vitivinícola.
El microclima privilegiado de la zona, unido a siglos de experiencia de viticultores y bodegueros locales, ha permitido perfeccionar técnicas que hoy dan lugar a vinos reconocidos y premiados a nivel nacional e internacional. Un patrimonio vivo que combina tradición e innovación y que convierte a Arbo en parada obligatoria para quienes buscan experiencias enoturísticas auténticas.
Actualmente, son diez bodegas las que conforman la industria vitivinícola local, manteniendo el respeto por los métodos tradicionales al tiempo que aplican tecnologías avanzadas para garantizar la excelencia. Además de su vino, Arbo es conocido por su gastronomía singular, en la que destaca la lamprea del Río Miño, un producto que junto al vino aporta un carácter distintivo a la oferta enogastronómica del municipio.
El alcalde, Horacio Gil, subraya que “los vinos de Arbo son el resultado de la pasión y el esfuerzo de quienes trabajan en cada bodega. Cada copa cuenta una historia de tradición y evolución”. Asimismo, destaca que los visitantes pueden participar en catas, visitas guiadas, actividades de vendimia y recorridos por las viñas, lo que ofrece una experiencia sensorial completa que vincula al viajero con el territorio.
El enoturismo en Arbo no solo refuerza la economía local, sino que también representa un puente entre pasado y presente, donde historia, cultura y tradición se unen para ofrecer al visitante un destino de calidad. La consolidación de sus vinos en certámenes internacionales y el compromiso con la sostenibilidad y la preservación del legado cultural hacen de Arbo un referente indiscutible en el panorama enológico gallego.