España refuerza la continuidad asistencial: Sanidad presenta su estrategia para un modelo más humano y sostenible

El Ministerio de Sanidad ha reafirmado su compromiso con la transformación del sistema sanitario público mediante el refuerzo de la longitudinalidad en la Atención Primaria, un enfoque que prioriza la relación continuada entre la ciudadanía y los profesionales sanitarios de referencia. Esta estrategia, elaborada en colaboración con la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, se recoge en una nota técnica que detalla las recomendaciones para consolidar esta dimensión asistencial clave.
La longitudinalidad se entiende como la relación estable y prolongada entre una persona y su profesional de Atención Primaria, un vínculo que, según la evidencia analizada, puede mejorar de manera determinante la salud de la población, incrementar la eficiencia del sistema y garantizar una atención más equitativa. La publicación de este documento coincide con la preparación del Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2025-2027, que incorpora esta línea estratégica como uno de sus pilares fundamentales.
Evidencia sólida: impacto en salud y uso eficiente de recursos
Los estudios revisados en el informe muestran beneficios contundentes. En primer lugar, los pacientes que mantienen una relación estable durante más de 15 años con su profesional habitual presentan hasta un 30% menos de mortalidad. Esta continuidad también se traduce en una reducción significativa de hospitalizaciones evitables, con un descenso estimado del 28%, y de las visitas a urgencias, que se reducen alrededor del 30%.
Asimismo, la longitudinalidad mejora el control de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la demencia, incrementa la adherencia a los tratamientos y disminuye los errores de prescripción, especialmente en personas con múltiples patologías. En términos de eficiencia, la mejora de esta relación asistencial puede reducir cerca de un 5,2% la demanda total de consultas, evitando reconsultas innecesarias y optimizando los recursos disponibles.
Estos efectos positivos son especialmente relevantes en personas mayores, pacientes con necesidades complejas o quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social, grupos que requieren un seguimiento intensivo y un enfoque especialmente personalizado.
Estrategias para fortalecer la longitudinalidad
El Ministerio de Sanidad ha definido una estrategia integral con cinco ejes principales para avanzar de manera efectiva en la implantación de la longitudinalidad en todo el territorio nacional:
Estabilidad profesional. El plan plantea medidas para reducir la temporalidad mediante contratos duraderos, incentivos en zonas de difícil cobertura y un impulso al desarrollo profesional continuo.
Organización en microequipos. Estos estarán formados por un médico o médica de familia, un profesional de enfermería y personal administrativo, con cupos asignados que garanticen la referencia estable de cada paciente y mejoren el seguimiento a lo largo del tiempo.
Digitalización orientada a la continuidad. Se apuesta por una historia clínica plenamente interoperable, sistemas de citación que prioricen la atención con el profesional habitual y herramientas digitales diseñadas para fortalecer la relación paciente-profesional sin generar barreras.
Estratificación poblacional. Mediante el uso de los Grupos de Morbilidad Ajustada, se podrán identificar pacientes de alta complejidad que requieren un seguimiento longitudinal prioritario, lo que permitirá planificar intervenciones proactivas.
Indicadores específicos. El documento propone métricas como el “Usual Provider of Care” (UPC), la duración media de la relación asistencial y la antigüedad de los profesionales en sus puestos, con el objetivo de evaluar y comparar el grado de longitudinalidad entre comunidades autónomas.
Un modelo centrado en las personas y sostenible en el tiempo
Además de los beneficios clínicos, la longitudinalidad contribuye a mejorar la satisfacción y estabilidad de los profesionales sanitarios. Las relaciones continuadas facilitan una atención más coordinada, reducen la carga burocrática derivada de la repetición constante de historias clínicas y disminuyen el desgaste emocional asociado a la rotación excesiva.
El informe subraya que garantizar esta continuidad requiere una apuesta estructural, especialmente en un contexto marcado por el envejecimiento de la población, el aumento de la demanda asistencial y la escasez de profesionales sanitarios en algunas áreas. Por ello, la reorganización de los equipos, la estabilidad laboral y la digitalización centrada en la persona son aspectos considerados esenciales.
El enfoque se integra de manera estratégica en el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2025-2027, que sitúa la longitudinalidad como uno de los pilares para reforzar el sistema sanitario público y avanzar hacia un modelo más accesible, equitativo, personalizado y sostenible.
