La Guardia Civil desactiva un sistema industrial que suministraba datos y comunicaciones a estafadores

La Guardia Civil ha logrado desmantelar una infraestructura tecnológica de gran capacidad utilizada por redes de ciberdelincuentes para el envío masivo de mensajes y llamadas fraudulentas. La operación, denominada ‘Mosenik’, ha permitido neutralizar un sistema informático industrial que explotaba simultáneamente miles de tarjetas SIM y que facilitaba la ejecución de estafas altamente sofisticadas en España y en otros países.
La investigación comenzó tras varias denuncias presentadas en Alicante. Las víctimas afirmaban recibir llamadas en las que los delincuentes se hacían pasar por agentes de la Policía Nacional o empleados del Banco de España, presionándolas para facilitar datos bancarios o realizar transferencias de elevado importe. Parte de estas comunicaciones se realizaban incluso en ruso o ucraniano, con el fin de captar a ciudadanos de estas nacionalidades residentes en España.
En el marco de la operación ha sido detenido un hombre de 41 años, responsable de crear y mantener activo el complejo sistema tecnológico. Se le imputan delitos de estafa, usurpación de estado civil, falsedad documental, daños informáticos, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal. Además, se realizaron tres registros en Barcelona —una vivienda, un local comercial y un trastero— donde se incautó material tecnológico valorado en 400.000 euros.
Entre los elementos intervenidos destaca un maletín con una SIMBOX transportable, capaz de operar desde cualquier ubicación mediante conexión WiFi o red móvil, lo que dificultaba su localización. También se incautaron 35 SIMBOX industriales equipadas con 865 módems, 852 tarjetas SIM activas, más de 60.000 SIM nacionales listas para su uso inmediato, 10.000 tarjetas nuevas, numerosos dispositivos informáticos y dinero tanto en efectivo como en criptomonedas.
El sistema intervenido permitía enviar millones de comunicaciones fraudulentas de forma coordinada. Cada SIMBOX contenía cientos de módems GSM profesionales que funcionaban como teléfonos móviles individuales. Cada uno era capaz de enviar entre 12 y 18 mensajes por minuto, lo que se traducía en hasta 2,5 millones de mensajes diarios. Todo el conjunto era controlado por una sola persona a través de una decena de ordenadores.
Los números telefónicos utilizados como remitentes eran cambiados constantemente, permaneciendo activos durante un tiempo mínimo desde su activación para evitar ser rastreados. Las tarjetas SIM eran adquiridas en grandes cantidades y activadas mediante identidades falsas. Aunque la capacidad de envío era masiva, los ciberdelincuentes seleccionaban previamente los perfiles potenciales, dirigiendo los mensajes a colectivos concretos con mayor probabilidad de caer en la estafa.
El detenido no solo operaba la infraestructura, sino que también ofrecía este servicio a redes criminales de todo el mundo, poniendo a su disposición un sistema capaz de ejecutar ciberestafas a gran escala. La operación ha sido desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Alicante, el Equipo de Investigación Tecnológica de Barcelona y la Unidad de Seguridad Ciudadana de Tarragona.
La investigación continúa abierta bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 1 de Novelda. Los agentes siguen analizando el material intervenido y trabajan para localizar a otros implicados y nuevas víctimas. Dada la magnitud del sistema y su uso por parte de múltiples grupos criminales, se estima que el volumen de fraude generado asciende a varios millones de euros.
La Guardia Civil recuerda que algunas ciberestafas, como los cargos fraudulentos en tarjetas bancarias o pagos electrónicos sin autorización, pueden denunciarse telemáticamente a través de su sede electrónica: https://guardiacivil.sede.gob.es
