
Un incendio forestal iniciado a primera hora de la tarde en el cañón del Sil continúa avanzando sin control en el municipio de Pantón tras arrasar al menos 100 hectáreas de arbolado. La gravedad de la situación obligó a la Xunta a declarar el nivel 2 de emergencia por la proximidad de las llamas a pueblos como Lornís o San Cosmede.
El fuego comenzó poco antes de las cuatro de la tarde en una zona próxima a la orilla del río, entre San Cosmede y la estación de Santo Estevo. Alimentado por la densa vegetación y el viento del sur, avanzó rápidamente ladera arriba y sobrepasó la aldea de Lornís, acercándose a la ribera del río Cabe.
Las consecuencias se dejaron sentir de inmediato en las infraestructuras. La línea de tren Monforte–Ourense quedó cortada durante toda la tarde, obligando a Renfe a habilitar un servicio alternativo de autobuses. También la carretera provincial LU-P-4103, que conecta Ferreira con Santo Estevo, resultó impracticable debido a la intensidad del fuego y al humo, que en algunos tramos hacía imposible la visibilidad.
Un amplio dispositivo trató de frenar el avance del incendio: doce brigadas de bomberos, coordinadas por nueve agentes y tres técnicos medioambientales, junto a ocho helicópteros y ocho aviones, combatieron las llamas desde tierra y aire. Pese a este despliegue, el alcalde de Pantón, José Luis Álvarez, reconoció la dificultad de la extinción: “Está ardiendo una zona a la que no se puede acceder ni con bulldozer, no va a ser fácil apagarlo”.
La orografía, marcada por laderas empinadas y cubiertas de pinos y eucaliptos de gran tamaño, dificulta enormemente el trabajo de los equipos de emergencia. La masa forestal, muy densa, actúa como combustible, provocando que las llamas se desplacen con rapidez y crucen carreteras en varios tramos.
Por el momento, los servicios de extinción han logrado que el fuego no alcance viviendas, pero las autoridades mantienen la máxima precaución y piden a la población seguir las indicaciones de seguridad mientras el incendio continúa activo.