Del 3-0 al 3-2: el Celta firma un final vibrante pero no evita la derrota en Razgrad

El Celta se quedó a un paso de culminar una remontada memorable en el Huvepharma Arena de Razgrad. Los celestes cayeron por 3-2 ante el Ludogorets en un encuentro condicionado por un arranque complicado, dos penaltis en contra y una reacción que, aunque intensa, llegó cuando el choque ya estaba demasiado inclinado hacia el conjunto búlgaro.
El duelo comenzó cuesta arriba para los vigueses. Apenas se habían disputado unos minutos cuando el Ludogorets dispuso de su primera gran oportunidad desde el punto de penalti. Petar Stanić no falló y adelantó a los locales, golpeando de lleno al plan inicial de un Celta que trataba de asentarse sin éxito en campo contrario. A pesar de algunos intentos por progresar con balón, las llegadas claras fueron escasas y el primer tiempo se cerró con la sensación de que el equipo necesitaba precisión, pausa y mayor contundencia ofensiva para revertir la situación.
Tras el descanso, la dinámica no mejoró. El Ludogorets castigó de nuevo en los compases iniciales, ampliando la ventaja con otro tanto de Stanić. La situación empeoró minutos después, cuando el delantero búlgaro volvió a marcar desde el punto de penalti, elevando el marcador a un 3-0 que obligaba al Celta a un ejercicio de fe y carácter.
El equipo gallego, lejos de rendirse, reaccionó con determinación. Miguel Román y Pablo Durán aportaron energía desde el banquillo y, a falta de veinte minutos, Durán recortó distancias con un remate certero tras una buena jugada ofensiva. Ese tanto activó al Celta, que se lanzó con todo en busca de un final heroico.
La remontada tomó fuerza en el tiempo añadido con el gol de Jones El-Abdellaoui, que firmó su primer tanto oficial con el primer equipo culminando una acción colectiva de insistencia. El Celta terminó volcado sobre el área búlgara, generando incertidumbre en el rival y transformando un duelo aparentemente sentenciado en un final abierto. Sin embargo, el tiempo ya no alcanzó para completar la gesta.
Más allá del resultado, el partido dejó varios aspectos destacables: el estreno goleador de El-Abdellaoui, la titularidad de Ángel Arcos con el primer equipo y los 600 partidos como profesional de Iago Aspas, un hito que subraya su relevancia histórica en el fútbol español.
La derrota obliga al Celta a revisar detalles y corregir errores, especialmente en los inicios de cada mitad, pero también deja claro que el equipo dispone de argumentos competitivos, energía joven y capacidad de reacción. Con la lección aprendida, los vigueses ya enfocan su próximo compromiso con el objetivo de transformar las sensaciones en puntos.
