El Ingreso Mínimo Vital llega a 2,4 millones de personas y amplía su cobertura frente a la pobreza infantil

El Ingreso Mínimo Vital (IMV) continúa consolidándose como una de las políticas sociales más relevantes del Gobierno en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), en octubre la prestación llegó a 773.272 hogares, en los que viven 2.363.554 personas, lo que supone un incremento del 19,25% en los hogares beneficiarios y un 20,1% en el número total de personas cubiertas en el último año.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha destacado el papel transformador del IMV: “Es una herramienta útil en la lucha contra la pobreza y estamos haciendo un gran esfuerzo para llegar a quienes más lo necesitan. Que crezca el número de prestaciones significa que estamos ampliando la cobertura y llegando donde antes era más difícil llegar”.
En términos económicos, la cuantía media de la ayuda se sitúa en 487,2 euros mensuales por hogar, lo que ha supuesto una nómina global de 532,6 millones de euros en octubre.
Un apoyo con rostro femenino y con foco en la infancia
El perfil del beneficiario del IMV es marcadamente femenino: el 67,9% de los titulares de la prestación (524.905 personas) y el 53,5% de los beneficiarios totales son mujeres, es decir, 1.263.504. Además, la protección a la infancia continúa siendo una prioridad: el 40,1% de los beneficiarios son menores de edad, lo que equivale a 968.881 niños, niñas y adolescentes.
En más de dos tercios de los hogares beneficiarios (68,75%) conviven menores, y 131.998 son familias monoparentales, la mayoría encabezadas por mujeres. El diseño del IMV contempla una cuantía superior para hogares con menores, lo que refuerza su impacto en la reducción de la pobreza infantil.
Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI): más protección por hijo a cargo
El Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI) refuerza el apoyo a las familias con menores a cargo, con 544.159 hogares que lo recibieron en octubre. La ayuda media fue de 68 euros por menor y de 125,8 euros por hogar con hijos, con cuantías que varían según la edad:
115 euros al mes para menores de 0 a 3 años,
80,5 euros para edades entre 3 y 6 años,
57,5 euros para menores entre 6 y 18 años.
El CAPI puede solicitarse incluso sin ser beneficiario del IMV, al contar con umbrales de renta más amplios. De esta forma, protege no solo a hogares en pobreza severa, sino también a familias con rentas bajas o moderadas. Por ejemplo, puede beneficiarse una familia de dos adultos y dos menores con ingresos mensuales de hasta 3.755 euros.
Desde su puesta en marcha, el Ingreso Mínimo Vital ha llegado a más de 3,3 millones de personas, de las que más de 1,4 millones son menores. “El IMV es la mejor herramienta para luchar contra la pobreza infantil y mejorar la situación de los menores en hogares con vulnerabilidad económica”, subrayó Saiz.
Un respiro para los jóvenes en situación de vulnerabilidad
El IMV también se consolida como una red de apoyo para los jóvenes. La edad media de los beneficiarios es de 28,31 años, y si se excluye a los titulares, baja a 19,97 años.
La ministra destacó que se han introducido mejoras para facilitar el acceso a los jóvenes, como permitir la solicitud a personas mayores de 18 años o menores emancipados con hijos, y reducir el período de vida independiente exigido de tres a dos años. Además, los jóvenes ex tutelados o en situación de orfandad absoluta pueden acceder automáticamente a la ayuda al cumplir la mayoría de edad.
Cómo solicitar el Ingreso Mínimo Vital
El IMV es una prestación de la Seguridad Social destinada a garantizar un nivel mínimo de ingresos a los hogares en situación de vulnerabilidad. Para acceder, se requiere residencia legal y continuada en España durante al menos un año, demostrable mediante empadronamiento o documentación oficial.
La prestación es compatible con rentas del trabajo, ya que busca incentivar la inserción laboral y mejorar la calidad de vida de las familias. Además, el nuevo sistema de doble revisión de ingresos permite a los beneficiarios conocer con antelación si su prestación se incrementará, reducirá o extinguirá en función de sus ingresos anuales.
Cinco años después de su implantación, el Ingreso Mínimo Vital se consolida como un pilar fundamental en el sistema de protección social español, combinando apoyo económico con políticas activas de inclusión.
