
El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra ha intensificado su lucha contra las concentraciones ilegales de vehículos que ponen en grave riesgo la seguridad vial. En las últimas semanas, el polígono industrial de O Campiño ha sido escenario de diversas actuaciones enmarcadas en la operación “Platillo”, tras detectarse un incremento de carreras clandestinas y maniobras peligrosas protagonizadas por jóvenes conductores.
Las investigaciones revelaron que muchos de los participantes utilizaban vehículos antiguos, algunos con gran potencia pero en condiciones poco seguras, aumentando así la peligrosidad de las reuniones. La falta de experiencia de los conductores, unida a estas circunstancias, elevaba el riesgo tanto para ellos mismos como para los asistentes que presenciaban las carreras en los márgenes de la vía.
Para hacer frente a esta situación, la Guardia Civil desplegó un dispositivo especial que incluyó medios de vigilancia, radares, controles de alcohol y drogas, así como puntos de verificación documental en los accesos del polígono. Durante varios fines de semana, los agentes controlaron los accesos y realizaron numerosas denuncias:
10 conductores denunciados por conducción temeraria (500 euros y pérdida de 6 puntos).
4 casos por participar en competiciones ilegales de velocidad (500 euros y pérdida de 6 puntos).
9 positivos en drogas (1.000 euros y pérdida de 6 puntos).
11 positivos en alcoholemia (1.000 euros y pérdida de 6 puntos).
40 denuncias por exceso de velocidad.
22 denuncias por otras infracciones de tráfico.
Además, las conductas detectadas en al menos cuatro conductores podrían constituir delitos contra la seguridad vial, al conducir de forma manifiestamente temeraria y con peligro concreto para la vida o la integridad de las personas. Estos delitos podrían acarrear penas de prisión de seis meses a dos años y la retirada del permiso de conducir por periodos de uno a seis años, con agravantes que pueden elevar la condena hasta cinco años de prisión y retirada de carnet por hasta diez años si se demuestra desprecio por la vida ajena.
La Guardia Civil ha recordado la gravedad de estas conductas, advirtiendo no solo de las consecuencias legales, sino también del grave peligro que suponen para la integridad de conductores, peatones y otros usuarios de las vías públicas.