El 90% de la población reconoce el calor extremo como una amenaza, pero pocos se sienten vulnerables
Una encuesta del Ministerio de Sanidad revela que el 90 % de la población considera el calor extremo una amenaza para la salud, aunque muchos no se sienten vulnerables, incluso perteneciendo a grupos de riesgo. El informe también destaca desigualdades en la protección térmica de los hogares y la necesidad de reforzar la sensibilización y adaptación al cambio climático.

Una encuesta del Ministerio de Sanidad revela que, aunque la mayoría de los ciudadanos perciben el calor extremo como un riesgo para la salud, muchos no se consideran personalmente en peligro, especialmente los grupos vulnerables.
El Ministerio de Sanidad ha encargado una encuesta para conocer la percepción de la población sobre el impacto del calor extremo en la salud y la vida diaria. El estudio, realizado por la consultora GAD3 entre el 7 y el 14 de julio de 2025, recoge la opinión de 1.274 personas adultas en todo el territorio nacional.
Según Héctor Tejero, responsable del Observatorio de Salud y Cambio Climático,
“los resultados muestran una clara concienciación social ante los efectos del calor extremo, así como la necesidad de reforzar las medidas de protección y sensibilización frente a este fenómeno”.
Percepción del calor y su relación con el cambio climático
El 80 % de la población afirma notar un aumento de las temperaturas en verano.
El 87 % lo relaciona con el cambio climático.
El 47 % cree que “calor extremo” transmite mayor peligro que “ola de calor”.
Riesgos para la salud y baja percepción personal de vulnerabilidad
Más del 90 % considera que el calor extremo es un riesgo grave para la salud.
Efectos más mencionados: golpes de calor, deshidratación, insomnio y fatiga.
Sin embargo, solo el 30 % se considera altamente vulnerable.
Un 25 % ha sufrido personalmente o en su entorno algún problema de salud durante una ola de calor.
El 53 % de esos casos requirió atención médica y un 13 % hospitalización.
Grupos de riesgo y desigualdades
El 69 % identifica a los mayores de 65 años como el grupo más vulnerable.
También se mencionan: trabajadores al aire libre, niños pequeños, personas con enfermedades respiratorias, embarazadas, personas sin hogar y hogares con bajos ingresos o sin aire acondicionado.
El 55 % de la población pertenece a algún grupo de riesgo, pero un 31 % de ellos no se considera vulnerable.
Según Tejero,
“esta desconexión entre pertenecer a un grupo de riesgo y sentirse vulnerable es preocupante”.
Aislamiento térmico e inequidad social
Solo el 23 % de las viviendas dispone de buen aislamiento térmico.
El 3 % carece de cualquier recurso para combatir el calor, cifra que sube al 11 % en zonas tradicionalmente frescas.
Las diferencias son notables según nivel socioeconómico.
Información y confianza institucional
El 57 % de la población ha recibido información oficial sobre el calor extremo.
Fuentes más consultadas: televisión, webs oficiales y redes sociales.
AEMET y el Ministerio de Sanidad son las entidades más reconocidas.
El 90 % considera útil la información recibida.
Tejero concluye que
“existe una alta conciencia del vínculo entre calor y salud, pero aún queda camino por recorrer en términos de adaptación, especialmente en los hogares más vulnerables y con menores recursos”.