La Guardia Civil desarticula una red que sacrificaba animales sin control y vendía la carne a restaurantes y particulares

La operación Pox concluye con 17 personas implicadas y la intervención de más de 350 animales en condiciones extremas. Parte de la carne ilegal llegaba a restaurantes madrileños y era distribuida por plataformas de reparto.

La Guardia Civil desarticula una red que sacrificaba animales sin control y vendía la carne a restaurantes y particulares

La Guardia Civil, en el marco de la operación Pox, ha desarticulado una organización criminal dedicada a la introducción y comercialización ilegal de productos cárnicos sin ningún tipo de control sanitario. La red operaba desde mataderos clandestinos y centros de concentración animal en las provincias de Madrid, Toledo y Ávila, y está compuesta por al menos 17 personas: cinco han sido detenidas y otras doce investigadas.

Las actuaciones han sido dirigidas por la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) y se han saldado con siete registros, cuatro en domicilios y tres en instalaciones ganaderas, además de la inspección de nueve restaurantes —cuatro de ellos clausurados de forma cautelar— y una explotación clandestina.

En el marco de los registros se han incautado 10.000 euros en efectivo, documentación falsificada, crotales manipulados, medicamentos veterinarios, dispositivos de sacrificio animal y otros elementos clave para la operación ilegal. Más de 350 animales fueron sacrificados por su estado crítico de salud, presentando síntomas de inanición, enfermedades y malformaciones graves.

Estructura jerárquica y modus operandi

El líder de la red gestionaba una explotación clandestina en la provincia de Toledo, no registrada en el REGA (Registro General de Explotaciones Ganaderas), desde la cual se coordinaban transportes ilegales de ganado ovino y caprino. Con ayuda de documentación falsificada, los animales eran trasladados tanto desde explotaciones legales como ilegales, sin trazabilidad.

Parte del ganado era enviado a un matadero legal de Ávila, donde se mezclaban los canales legales e ilegales. El resto se derivaba a una instalación clandestina en San Fernando de Henares (Madrid), donde eran sacrificados en condiciones deplorables, sin ningún tipo de control veterinario y sin cumplir la normativa de bienestar animal.

Carne sin control en restaurantes y a domicilio

Según la investigación, la carne resultante se distribuía de forma directa a nueve restaurantes madrileños, que la incluían en sus menús y ofrecían incluso servicio de reparto a domicilio a través de plataformas online. Además, varios de los investigados se encargaban de suministrar estos productos cárnicos a particulares, sin registro ni control higiénico-sanitario.

Delitos atribuidos y riesgo sanitario

Los implicados se enfrentan a delitos de salud pública, maltrato animal, falsedad documental, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales. Las autoridades también destacan los pagos en efectivo y en B, y la facturación por debajo de mercado, como prácticas de evasión fiscal asociadas a esta actividad.

La operación pone de relieve el grave riesgo para la salud pública que supone el consumo de carne sin trazabilidad ni control veterinario, además del daño económico al sector ganadero por la propagación de enfermedades como la viruela ovina-caprina, que puede extenderse rápidamente mediante el movimiento ilegal de animales.

Colaboración internacional y coordinación institucional

La operación ha contado con la participación de Europol, diversas unidades del SEPRONA y la colaboración de organismos del Ministerio de Agricultura, la Comunidad de Madrid, la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Madrid y otras autoridades sanitarias.

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