El Grupo Ibérico de Aguiluchos se opone a los nuevos proyectos de energía eólica y solar en España

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El GIA advierte que se situarán al borde de la extinción dos especies de aves actualmente catalogadas como vulnerables.

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El aguilucho cenizo (Circus pygargus) y el aguilucho pálido (Circus cyaneus) son dos aves rapaces que actualmente se encuentran oficialmente catalogadas como vulnerables en todo el territorio español. Sus efectivos poblacionales, en los últimos años, han descendido alarmantemente, en torno al 25% en el periodo 2006-2017 en el caso del aguilucho cenizo y un 34-45% en el caso del aguilucho pálido, si bien las diferencias entre CCAA son notables.

Como explica el Grupo Ibérico de Aguiluchos (GIA), las causas de tal declive hay que buscarlas en una combinación de factores. Uno de los más significativos es el deterioro de sus hábitats de nidificación y alimentación por su transformación de hábitats esteparios o abiertos a diversos cultivos intensivos, desde olivos o viñedo a eucaliptos o pinos dependiendo del territorio. En el caso del aguilucho cenizo y del pálido, cuando cría en cultivos, hay que sumar mortalidad directa en el nido debido al uso de cosechadoras en cereal antes de que acabe el periodo de cría.

Si este vertiginoso declive de sus poblaciones continúa, ambas especies se situarán al borde de la extinción en España. Por ello, cualquier amenaza adicional a sus poblaciones debería evualuarse con extrema cautela y minimizarse al máximo. Actualmente, en grandes áreas de todo el Estado se está procediendo a tramitar e instalar grandes centrales de producción de energía eléctrica, bien campos solares bien campos eólicos.

Para el GIA, tal y como se están llevando a cabo, este tipo de infraestructuras pondrá a ambas especies al límite de la desaparición de amplios territorios pues el deterioro y ocupación de sus hábitats es consustancial a este tipo de desarrollos. La situación será aún peor en el momento en el que no se exija ningún tipo de estudio ambiental para la instalación de las centrales eléctricas. Hay que recordar, además, que la mayor parte de sus poblaciones, especialmente en el caso del aguilucho cenizo, están fuera de espacios naturales protegidos.

Así, el grupo considera que la actual adjudicación y desarrollo de los nuevos proyectos no están siendo adecuados, pues los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) de este tipo de desarrollos industriales deben reflejar adecuadamente la gravedad de la situación debido, entre otros factores, a la extrema fragmentación de los proyectos. Por su parte, proponen que se cumpla la normativa medioambiental en los informes técnicos, no sólo los que elaboran las Administraciones Pública,  sino en los que deberían elaborar organizaciones independientes para contrastar la situación. En este sentido, para el GIA los actuales EIA no tienen, en general, una calidad técnica mínima por lo que respecta a este grupo de aves (y otros componentes de la diversidad biológica) debido a un campo de trabajo superficial e insuficiente.

Asimismo, la organización apunta que es imprescindible una evaluación conjunta de las diversas propuestas en el mismo territorio con respecto al impacto de este tipo de instalaciones para entender la magnitud del impacto sobre estas dos especies, en concreto. La situación es tan delicada para estas dos especies de aguiluchos que perder un único territorio sería a día de hoy un daño irreparable.

Por todo ello, el GIA exige la paralización temporal de todos los proyectos de plantas solares y eólicas hasta que exista una evaluación ambiental estratégica conjunta, con especial atención a la situación de estas dos aves cuando dichos proyectos estén en zonas de importancia para la reproducción de las mismas, por ejemplo toda la cordillera Cantábrica y piedemonte de la misma hasta el macizo central galaico, de particular interés para el aguilucho pálido y prácticamente todos los desarrollos eólicos en los dos tercios sur de Galicia donde la mayor parte de los proyectos existentes se solapan con colonias de nidificación del aguilucho cenizo así como amplias zonas de carácter  estepario en el resto de España.

De continuar con los cientos de proyectos de este tipo, diseminados y fragmentados en todo el territorio del estado, se estará abocando a estas dos especies a unos niveles de población próximos a la extinción funcional de sus poblaciones en España, indican. El grupo apunta como responsables a las administraciones competentes: Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico y las respectivas Consejerías de las Comunidades Autónomas. «No pueden mirar hacia otro lado, más si tenemos en cuenta que muchas de estas administraciones, tal y como nos consta, son perfectamente conocedoras de la situación y las consecuencias de su inacción», concluyen.

El Grupo Ibérico de Aguiluchos (GIA), con nueva junta Directiva desde el pasado mes de noviembre, velará por la conservación de estas dos especies como objetivo principal, valiéndose de todos los instrumentos legales disponibles.

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