Ansu Fati está tocado por una varita mágica. Sus botas respiran goles nada más entrar en el terreno de juego. Ante el A-League All Stars, el 10 del FC Barcelona necesitó cuatro minutos para anotar un nuevo tanto saliendo desde el banquillo. Este curso 2021/22, el culer se ha convertido en un revulsivo de lujo. Contando el partido en Australia, ha anotado cuatro goles sin formar parte del once titular.
Del Camp Nou a Australia
Una campaña de luces y sombras para Ansu Fati. Las lesiones han lastrado el repertorio del futbolista de La Masia. Pero reaparición tras reaparición, el culer ha dejado atrás el ostracismo con goles. Desde el primer día de su regreso al inicio de LaLiga, el talentoso delantero marcó saliendo desde el banquillo. 323 días después de ausencia, Fati estrenaba el dorsal 10 dibujando el 3-0 ante el Levante. Un tanto que, después de salir en el minuto 79, celebró en el tiempo añadido gracias a una jugada personal que culminó con un disparo seco desde fuera del área.
Pasando por Riad y Sevilla
Tres meses y medio después, y volviendo de una nueva lesión, la historia de amor entre Ansu y los goles escribió otro capítulo. Esta vez fue en la semifinal de la Supercopa ante el Real Madrid. En ese Clásico salió desde el banquillo en el minuto 63 y en el 83 ya celebraba una nueva festividad.
El idilio con el gol y el efecto sobrenatural de cara a portería de la joven estrella culer volvieron a apagarse. Pero, 115 días después de su última celebración, esa vez formando parte del once titular contra el Valencia, se encendieron. Ansu demostró, de nuevo, su olfato y abrió la lata cuando solo llevaba 75 segundos sobre el césped del Benito Villamarín. Su sexto gol de la campaña, que detuvo el ratio de goles por minuto en 95,67, también surgía desde el banquillo; era el tercer tanto que se apuntaba como revulsivo. Aún no había dicho la última palabra.
La primera vez que el FC Barcelona visitaba Australia, Ansu Fati concluyó la visita barcelonista con un nuevo gol fuera del once titular. Le bastaron cuatro minutos en el Accor Stadium de Sídney para avanzar y certificar la victoria del elenco de Xavi. En el sexto país más grande del mundo, la magia revulsiva del 10 azulgrana volvía a brillar.
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